La Copa de la redención (japezoa)

La historia había terminado mal, y no tenía por qué haber terminado así: "fue bueno mientras duró cauros", dijo uno en el grupo de amigos de Whatsapp del 3er Tiempo que tenemos, y dónde nos creemos jugadores, entrenadores y analistas deportivos. 

Nos habíamos quedado fuera de Rusia 2018 contra Brasil. El más campeón de todos nos daba la estocada final y nos devolvía a la realidad que veíamos desde siempre. Luego vinieron las declaraciones, los conflictos, acusaciones de indisciplina, la lucha de egos. Brasil nos había ganado pero la soberbia nos golió.

Entrenador nuevo y nuevo proceso. Rueda buscó y buscó, pero no encontró muchas alternativas, así que fue a la Copa América con los de siempre y un par de nombres nuevos. En la hinchada habían más dudas que certezas, pero esa llama de pasión que nos da la Roja es incombustible.

Empezó la Copa y con el correr de los partidos este equipo maravilloso nuevamente nos alimentaba con esperanzas y soñando con otro campeonato.

En cuartos y semis nos tocó con Colombia y Perú, precisamente los que nos dejaron afuera del mundial cuando hicieron "El pacto de Lima", en una actitud antideportiva. Nosotros, con tejado de vidrio, no podemos hablar, ya que nuestro "Maracanazo", fue catalogado como el peor bochorno de la historia del fútbol.

A Colombia se le ganó, pero con Perú no se pudo... se intentó, se puso talento, garra y corazón, pero simplemente fue una noche dónde no salió nada... pero lo más importante es que, tanto en la victoria como en la derrota, se luchó como deber ser: sólo con fútbol.

Es verdad, no pudieron salir campeones, pero está generación dorada nos trajo otra Copa, la de la redención, por lo ocurrido exactamente hace 30 años atrás. Esa mancha no se puede olvidar, tal cual dice en el Nacional "Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro", en el mismo recinto donde nos enseñaron esa sensación de ser campeón, pero antes de eso, había que trabajar, y duro, como en la vida, sacrificarse como lo hace todo el pueblo Chileno, dar pequeños avances como ganarle por primera vez a Argentina por los puntos, clasificar de nuevo a un mundial, botar por fin a la basura esa maldita calculadora, ganar en un mundial después de más de medio siglo... pero lo más importante, creer que  queremos y podemos jugarle de igual a igual a cualquiera y a donde sea... todo eso... todo eso sólo lo podía hacer un loco, pero un loco lindo...


Esta entrada fue publicado el 6 de julio de 2019.
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