Carta desde el futuro (japezoa)

Hola, enano.

Sé que estás despierto.

Son las tres de la mañana allá.

Tu mamá duerme. Tu papá hace que duerme.


Y vos estás con los ojos clavados en el techo,

preguntándote si esto vale la pena.

Si todo lo que no podés hacer hoy

va a tener sentido alguna vez.


Lo va a tener.


No ahora.

No pronto.

Pero sí, va a llegar.

Y cuando llegue, no vas a gritar.

No vas a correr.

No vas a decir nada.


Solo vas a cerrar los ojos.

Y vas a verte a vos.

Ahí, en Rosario.

Con los botines sucios, el cuerpo frágil,

la cabeza llena de sueños que todos creen exagerados.


Vas a acordarte del miedo, de la distancia,

de todo lo que te dijeron que no ibas a lograr.

Y te vas a reír, despacito.


Porque sí, enano.

Sí lo hiciste.

Sí llegaste.

Y no fue un accidente.

No fue suerte.


Fuiste vos.

Fuiste vos, todas las veces que no te rendiste.


Así que dormí tranquilo.

Que lo que soñás esta noche…

es real.


Va a pasar.

Nos pasó.

Y es para siempre.




Esta entrada fue publicado el 13 de julio de 2025.
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